A ti se debe el resplandor
Lermo BalbiA ti se debe el resplandor, dueña del fruto,
que en la ruptura de la piel fragante,
cual corazón idílico, deslíe la ambrosía de sus jugos.
Fragancias de floresta en los hondos caminos
hacia las mieses, al barro en que avispas beben
humedad de lluvias, al alfalfar sobrevolado
por canéforas de polen.
De pronto, el viento norte que excita a las víboras
en rígidos espasmos, e hincha la ropa
con duros cuerpos de aire
cuando en la mañana canta la rueda del molino
que asciende frescor desde los ríos de la tierra.
Arriba, restallante firmamento suena el parche matinal
llamando a las ánimas sobre tanta soledad de ausentes
y estas heridas que no cierran, que no cierran.
Un día pasaremos como el viento, volaremos en tu luz,
seremos ligeros cual rubios vahos de diciembre
y ningún terror de muerte turbará la mirada.