Solsticio
Alaíde FoppaLa hoz liviana de la nueva luna
apenas brilla en la tarde temprana.
Desde el suelo verde, en reposo, miro
el árbol que hacia ella tiende sus ramas
y ya parece que la va a alcanzar.
Oh intacta y suave frescura del bosque
en este largo ocaso de verano...
Lentamente crecen las quietas sombras,
que en su leve abrigo toda me envuelven.
Yo quisiera quedarme aquí esta noche:
ver cómo se enciende la tierna luna
en el cielo que se vuelve nocturno
y despertarme con la luz primera.
Así es mi tiempo ahora: un lento día,
un breve sueño, y en mi cuerpo el peso
de la vida largamente despierta.